Uno de los grandes desafíos contemporáneos es cómo gestionar la migración. Los debates van desde quienes abogan por la preminencia de la seguridad nacional, los controles y el “cierre de fronteras” hasta quienes propugnan por privilegiar la seguridad humana y el libre tránsito de personas, que toman voluntariamente sus decisiones de emigración. Este desafío ha sido incluido con prioridad por la comunidad internacional, en la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, considerando que la migración es pertinente para la consecución de todos sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como un instrumento de gran potencial para reducir desigualdades, ya sea en o entre países.