Los esfuerzos por reducir emisiones se han intensificado, sin embargo, en días pasados, diversos hechos han terminado por imponer condiciones específicas a las empresas respecto a ciertos objetivos ambientales y los plazos para alcanzarlos. Con ello, resulta claro que la política energética de las compañías en el sector de los hidrocarburos ya ha cambiado en gran medida y que continuará cambiando en años siguientes. Es importante recordar que la transición energética requiere de enfoques integrales, buscando intersecciones con otros componentes, como lo son la alimentación, el bienestar social y el aspecto laboral. Por ello, debemos procurar que los parámetros que se busquen imponer a las empresas sean realistas en cuanto a sus posibles beneficios, pero también otro tipo de efectos indirectos.