El año pasado, la pandemia de Covid-19 y la posterior crisis económica trajeron desafíos sin precedentes a la industria petroquímica a nivel global, pero más en aquellas zonas y países cuyos gobiernos eligieron no apoyar a dicha industria (como es el caso en México). Al comienzo de la pandemia, las medidas de cuarentena, los cierres e incertidumbres económicas provocaron retrasos generalizados en los proyectos, y los últimos meses del año, estuvieron marcados por interrupciones extraordinarias en el suministro y el transporte. En muchos casos, fuera de los proyectos designados por el gobierno federal, poco o nada han avanzado proyectos en el área de petroquímica en México, y esto hace espejo hacia el resto de América Latina.